1 Timoteo 2:9,10 Nos da cuatro principios de vital importancia para
entender este asunto; estos principios no nos dejan ninguna duda de cómo debería
vestirse una cristiana o un cristiano.
1Ti 2:9 En cuanto
a las mujeres, quiero que ellas se
vistan decorosamente, con modestia y
recato, sin peinados ostentosos, ni oro,
ni perlas ni vestidos costosos.
1Ti 2:10 Que se
adornen más bien con buenas obras, como
corresponde a mujeres que profesan servir a Dios.
1- El decoro; entendido como: Comportamiento, Respeto a la moral, y Dignidad en el comportamiento y el aspecto.
2- El pudor; Sentimiento que impide mostrar el propio cuerpo.
3- La modestia; Cualidad del carácter de una persona que le hace restar importancia a sus propias virtudes y logros, y reconocer sus defectos y errores.
4- Con buenas Obras…Como mujeres que profesa piedad, esto es: Virtud que inspira, por el amor a Dios, devoción a las cosas santas, y por el amor al prójimo, actos de abnegación y compasión.
Si realmente entendiéramos los que el Espíritu Santo nos muestra en estos principios, no estaríamos argumentando sobre cosas que como hijas e hijos de Dios no nos convienen usar. Sean faldas, vestidos, blusas, camisas o pantalones, cualquier vestimenta que no se ajuste a estos principios no es acta para un siervo o sierva de Dios.
No hay necesidad de buscar textos que nos digan directamente las
cosas como quisiéramos escucharla, para eso, Dios nos dejos sus principios y
una inteligencia, solo necesitamos buscar hacer su Voluntad y no la nuestra.
Otro principio que necesitamos aplicar a nuestra vida de
Cristian@s, es encontrado en 1 Tesalonicenses 5:23, “…Santifíquense por
completo… todo su ser…Espíritu, Alma y Cuerpo… “
En verdad mis herman@s,
no veo que Dios solo mire el corazón del Cristiano, Dios nos pide mostrar en
nuestros cuerpos lo que realmente sentimos en el corazón.
Pablo nos dice en 2 Corintios 5:17, que el cristiano es una nueva criatura en Jesucristo. ¿Cómo podríamos ser una nueva criatura si seguimos viviendo con las normas y costumbre del Mundo?
Estos principios no solo deben aplicarse al vestir de l@s Hij@s
de Dios, en este orden están también los adornos, la pintura y otras forma del
mundo que aun no hemos dejado para seguir a Cristo.
Debiéramos concentrar nuestra atención en agradar a aquel que
nos llamo de las tinieblas a su luz admirable, permitirle a Dios hacer una
transformación de nuestra vida,
valorando el sacrificio de su hijo Cristo Jesús por nuestra salvación.
Dejar al mundo con sus pasiones y deseo debe ser nuestro enfoque
día a día. Nuestra reconciliación con Dios fue por la muerte de Cristo en la cruz del calvario, nuestro
agradecimiento debería estar marcado por un sacrificio vivo santo que sea
agradable a Dios.
Iniciemos por dejar las pasiones, los deseos y la vanagloria de
esta vida. "Vistámonos como escogidos de Dios, santos y amados"; Colosenses 3:12.
Dejar al mundo es apartarnos de las cosas que hace y vive el que
no conoce a Jesucristo, en tal sentido, nuestra transformación consiste en
conocer la voluntad de Dios para nosotros, como él quiere que hable, piense,
camine, me vista, me adorne, actué y me conduzca. Esto hace la diferencia
cuando nos convertimos en siervos y siervas del Dios de los cielos.
Debo preguntarme día a día, ¿como Dios actuará por mi intermedio
sin hacer ajuste a mi vida? ¿Cómo me mostraré ante el mundo si aun ando como
los del mundo? ¿Qué mensaje le estoy dando al incrédulo si no hay cambio en mi
vida? Este cambio inicia en el corazón y es de manifiesto en mi vida, por mis
acciones, conducta, y mis actitudes. Debieran conocer que somos cristianos sin
que digamos una sola palabra.
Es necesario que demos lo mejor de nosotros para Dios, esto solo
puede ser real si vivimos una verdadera relación de Amor con Él y para su
gloria siempre.
Lo pondría de la siguiente forma: hasta que no tengamos hambre de Dios y sed se su Hijo Jesucristo no podremos mostrar al mundo nuestra
disposición de pensar y actuar como hijo de Dios. Solo ese cambio de
actitud puede darnos la victoria en este mundo y como premio final, la vida
eterna.
Esto me hace recordar lo que
el Espíritu Santo escribe por medio del Apóstol Pablo en Colosenses 3:
1-4.
El Apóstol nos hace un llamado de atención
y dice, “Ya
que han resucitado con Cristo, busquen
las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la derecha de Dios” (v1).
Es como si me gritara
diciéndome, “párate, estate quieto” comienza a pensar como siervo de Dios.
Y una vez más me dice como hacer este
cambio de actitud, “Concentren
su atención en las cosas de arriba, no
en las de la tierra, pues ustedes han
muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se
manifieste, entonces también ustedes
serán manifestados con él en gloria” (vs 2-4).
Aquí escucho con mucha claridad que me dice “Tus pensamientos,
deseos, necesidades, actitudes y conducta deben estar donde está tu Señor”, en
las cosas de esta tierra. ¡Qué maravilloso es esto! Me emociona pensar en este llamado de Dios, el
cual es muy claro para mi vida y estoy seguro que lo será para la suya también.
Una vez más el Espíritu Santo exhorta
buscar la voluntad de Dios y no la nuestra. Cuando pablo escribe en Romanos
12:2, es una motivación a alejarnos de nuestras antiguas costumbres para
someternos a la voluntad del Creador del universo. Nos dice: “No se amolden al mundo
actual, sino sean transformados mediante
la renovación de su mente. Así podrán
comprobar cuál es la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta”.
Hay montones de citas
Bíblicas en donde, se nos hace un llamado a la santidad, a un cambio de actitud
y transformación cuando le entregamos nuestra vida a Dios por medio de su hijo
Jesucristo. De todas las que existen quiero compartir una más, esta me
impresiona grandemente. Esta en Efesios 2: 1-8 que comparto a continuación.
En otro tiempo ustedes estaban muertos
en sus transgresiones y pecados,
en los cuales andaban
conforme a los poderes de este mundo. Se
conducían según el que gobierna las tinieblas,
según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la
desobediencia.
En ese tiempo también todos
nosotros vivíamos como ellos, impulsados
por nuestros deseos pecaminosos,
siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos.* Como los
demás, éramos por naturaleza objeto de
la ira de Dios.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!
Y en unión con Cristo
Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo
sentar con él en las regiones celestiales,
para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su
gracia, que por su bondad derramó sobre
nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia ustedes
han sido salvados mediante la fe; esto
no procede de ustedes, sino que es el
regalo de Dios,
Dios quiere tener una relación de amor con cada uno de sus hijos
e hijas, El quiere hacerlo de acuerdo a Su voluntad, no a la nuestra. Busquemos
agradarle, servirle y serle fiel. El quiere que por nuestro intermedio el mundo
crea en El por medio de su hijo Jesucristo. Que puedan
creer por la transformación de nuestra vida, por el ejemplo que damos como hijo
e hija comprado por la sangre de su hijo Jesucristo en la cruz del calvario.
Esto solo se puede lograr viviendo para Dios y no para el mundo.
Bendiciones….
Autor: Mateo
Martínez