9 de noviembre de 2010

Mis relaciones (Parte I)

Amig@s querid@s.

Tengo el grato honor de trabajar con un grupo pequeño (célula) en mi hogar, nos reunimos todos los lunes a cantar, orar por los matrimonios, por las familias y por otras tantas necesidades del pueblo de Dios y de nuestros amigos que comparten con nosotros estas reuniones.

En este grupo, además de orar y cantar, estudiamos la palabra de Dios. En este momento estamos estudiado la Ética del comportamiento en nuestra relaciones con demás. Es un estudio de la carta los Romanos en su capítulo doce.

Me he emocionado mucho al saber lo maravilloso de nuestro Dios al preocuparse por nuestras relaciones, y en tal sentido, El no quiere nada dañino para sus hijos, y por consiguiente ha establecidos reglas muy claras para conducirnos.

Al leer el versículo 3 del capítulo 12 de este libro, puedo descubrir la sabiduría de nuestro Dios al dejar sus instrucciones directa y responsable en nuestros corazones. Y es precisamente lo importante de sus palabras. Están dirigidas a nosotros, están dadas para ser cumplidas, están puestas en un lugar apropiado y disponible para ser usadas en el momento, condición y lugar necesario.

Nuestras relaciones son de vital importancia en nuestras interacciones con las demás personas, no podemos vivir en este mundo sin relacionarnos. Es por esta razón que se establecen reglas, se establecen los parámetros para convivir juntos a los demás.

Me pregunto: ¿Cómo viviríamos en una relación armoniosa con nuestros vecinos si no existieran reglas? ¿Cómo mantendríamos una relación estable, amigable y de respeto con nuestros jefes, compañeros y subordinados en el trabajo sin unas normas de conducta laboral? ¿Y, que de nuestra relación con los hijos e hijas? ¿Dónde estaría la relación con nuestro cónyuge? En fin, mis amig@S, es necesario seguir principios y normas para tener relaciones sanas y confiables.

En muchos casos, quizás no identificamos un documento con X o Y reglas o normas para determinadas situaciones o circunstancias. Pero nuestra intuición nos ayuda a normalizar sistemas de acción para nuestras convivencias con los demás y nos permite establecer parámetros de conducta aceptables en esas determinadas relaciones.

Me gustaría compartir contigo las enseñanzas de Dios por medio del Espíritu Santo cuando nos aconsejan de la manera siguiente:

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno ” (Romanos 12:3).

La clave en este versículo es “…no tener más alto concepto de mi que el que debo tener…” Cuando pienso de esta manera es probable razonar empáticamente. Puedo ponerme en el lugar de mi prójimo. Puedo relacionarme éticamente.

En eta primera entrega quiero hacer énfasis en las relaciones con nuestras amistades y relacionados, entre los cuales están nuestros hermanos en la fe. En las próximas entregas estaremos trabajando en lo referente a los hijos e hijas, y en nuestras relaciones conyugales y familiares en sentido general.

Las relaciones con nuestras amistades y relacionados.

Romanos 12:4,5 nos dan luz en este sentido; “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”.

La clave en estos versículos es “Nos necesitamos unos a otros” por esa razón es necesario mantener buenas relaciones con los demás.

Para que existan relaciones sanas, estables y duraderas es necesario un cambio de actitud personal. Deben iniciar con el concepto que tengo de mí con relación al que debo tener al relacionarme con otras personas.

Pensar con cordura, de acuerdo a la medida de la fe que me fue repartida por Dios. Esto es maravilloso, es emocionante saber como Dios ha preparado mi vida para vivir en armonía con mi prójimo.

Cuando adoptamos una actitud de superioridad, de grandeza, orgullo e irrespeto en nuestras relaciones, no estamos actuando con la ética correcta ante nuestros amigos y relacionados. No podemos vivir como isla, es necesario vivir pensando en que somos grandes continentes y por consiguiente, nos necesitamos unos a otros.

Hasta nuestra próxima entrega….

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios son de gran valor y motivación para nosotros.