18 de septiembre de 2012

Reflexionemos!!!


Al conversar con algunos amigos y escuchar sus historias o por medio de ellos, las historia de otras personas, me pongo a pensar en la diversas situaciones en la que esta sumergida esta sociedad.

Tratamos de escapar a muchas de nuestras responsabilidades y en la mayoría de los casos, vivimos buscando quien es culpable de las cosas que negativamente nos suceden. Y es que, es mejor señalar a otros por nuestras desatinadas decisiones que enfrentar y asumir responsabilidad por nuestros actos.

Buscamos incansablemente la forma de ser felices, pero no queremos hacer sacrificio para obtener la felicidad, queremos que nos amen con nuestros defectos y virtudes, pero le exigimos a los demás ser perfecto para amarles.  Queremos tener una relación (un noviazgo, un matrimonio, una amistad, o quizás formar una familia) pero no queremos ajustar nuestra vida a los compromisos y responsabilidades que esto representa.


Y precisamente, en esto quiero invitarte a reflexionar. He escuchado en estos días hablar más del tema sobre los compromisos personales, o la falta de responsabilidad en asumir ciertos roles. Cuando miro lo que está sucediendo en las relaciones de  novio o novia, esposo o esposa, de hijo o hija, el rol del padre o la madre... O quizás, el más importante de todos, el rol de ser un verdadero siervo de Dios, se nota un completo y claro desinterés en asumir las responsabilidades, que en cada caso, conllevan estos roles personales.
  
¿Porque no hay hoy día un noviazgo más seguro? ¿Un matrimonio más estables? ¿Las relaciones entre los padres y los hijos es cada vez más débil e Inestable? ¿Nuestra sociedad es cada día más permisiva y nuestros valores se están perdiendo tan aceleradamente? Dar respuestas a estas preguntas nos daría una perspectiva de la realidad en la que vivimos.

A mi entender, la falta de adueñamiento o de compromiso personal, la falta de apoderamiento y defensa de nuestros roles, en esa determinada asociación que hemos hecho (llámese noviazgo, matrimonio, ser padre o madres, o llamarnos creyentes) es lo que está sacudiendo la sociedad.

Cuando se hacen acuerdo o compromisos con otra persona y se quiere seguir como si no existiera ninguna obligación, o seguir tu propia vida, sin considerar (en el caso del noviazgo o el matrimonio) que ya no soy yo, que mas bien somos nosotros, esa relación en vez de crecer, simplemente se desvanecerá. Cuando tenemos hijos y no asumimos la responsabilidad que como padres o madres se espera de nosotros,  ¿Que clase de padres seriamos? Y precisamente, esta actitud esta exterminando las relaciones familiares. ¿Y qué del compromiso con Dios por medio de Jesucristo?

Ni hablar de la vida espiritual, muchas personas escuchan el llamado, aceptan a Cristo como su salvador, pero al momento de tomar una decisión entre los deseos de la carne y la voluntad de Dios, se olvidan las promesas que un día les hicieron al Dios de los cielos, de servirle toda la vida, y le dan  rienda suelta al llamado de Satanás.  Aquí inicia la decadencia del hombre o la mujer (joven o adulto), en su vida espiritual, fuente de todo compromiso del ser humano, pues sin Dios, es imposible ser exitosos en las demás relaciones humanas. Pues en Jesucristo se estamos  completos en todo. El nos ayuda en todas circunstancias o situaciones de la vida en esta tierra.

Si  Dios le ha dado la oportunidad de tener una persona con la cual esta compartiendo un noviazgo, un matrimonio, unos hijos e hijas, o  una relación de hermano o hermana, de padre o madre, de amigo o amiga,... Valore ese compromiso, haga los sacrificios necesarios para mantener esa relación, ponga a un lado sus necesidades individualistas y convierta su vida de un estado del YO, a un NOSOTROS. Experimente un cambio transformador en su vida, busque ser feliz y haga feliz a esa persona amada.
Recuerde, si quiere provocar un cambio en ese ser amado, comience por usted, no puede pedir a los demás, lo que usted no está dispuesto o dispuesta a dar.

Para lograr este objetivo de vida es necesario permitir a Dios por medio su hijo Jesucristo, el control de tu vida. 

El nos dice en Isaías 55:8 lo siguiente: 
"Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, Ni sus caminos son Mis caminos," declara el Señor. "Porque como los cielos son más altos que la tierra, Así Mis caminos son más altos que sus caminos, Y Mis pensamientos más que sus pensamientos."

Y en Romanos 12: 2, declara 
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Algunas instrucciones muy clara nos deja Dios por medio del  Espíritu Santo.

·         Nuestros caminos no son los caminos de Dios, su voluntad debe estar de continuo en mi vida, en mi mente y en mi corazón. Y al asumir compromisos o responsabilidades, es necesario mirar lo que Dios tiene para mí en esta nueva dimensión de mi vida y en la vida de quienes comparto tales responsabilidades.

·         Conformarme a este siglo, es adecuarme al sistema de nuestra moderna sociedad, una sociedad caracterizada por la falta de compromisos y la pérdida de valores. Es necesario hacer un cambio en la forma de pensar, de esta manera cambiara la manera de ver la vida y mi forma de vivir con los demás. De esta manera, mi visión al asumir un responsabilidad estará caracterizada o acondicionada por Jesucristo el hijo del Dios viviente.

·         La voluntad de Dios para con el hombre está estrechamente relacionada a principios eternos, no hay limitaciones para el hombre o la mujer que se deja dirigir por nuestro creador. Es voluntad de Dios que vivamos con El en  el cielo por toda la eternidad. Para tales fines, es necesario un cambio de actitud hacia Dios en nuestra forma de vivir y convivir con los demás.

·         Agradar a Dios es perfecto,  para  El es imprescindible que cada uno de nosotros pueda    obedecer  sus mandamientos y seguir sus enseñanzas.  Esto nos da paz interior, paz con los demás, y en especial, paz para con Dios. Esto también permite una relación con el nivel de compromiso requerido en nuestras responsabilidades personales.

Dios quiere trabajar contigo hoy, el quiere hacer un cambio en tu vida y en la vida de los que te rodean por medio de ti. Tú eres una persona muy especial para Dios.
Dios te bendiga rica y abundantemente…

Autor: Mateo Martínez 

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