7 de julio de 2012

¡Virus mortal ataca a la humanidad!


"Todos tenemos faltas", "Todos fallamos", "Nadie es perfecto", son expresiones verdaderas que, a mi entender, tienen dos usos principales: hacer entrar en razón a alguien que se auto-flagela por sus pequeñas faltas, y auto-justificarnos por las debilidades que tenemos. En cuanto a esta última, no es lo mismo saber que tenemos una debilidad, flaqueza, imperfección o falla y "reposar" en ella como un hipopótamo se refresca en el lodo, y otra es saber que la tenemos y trabajar en ella. 
Muchos de nosotros padecemos del "síndrome de la mayoría", que se manifiesta con expresiones justificativas luego de que alguien nos 

reprende o critica ante una falta que, por demás, sabemos que tenemos. Este síndrome es muy fácil de contagiar, porque se transmite a través del oído. El "virus" se activa casi instantáneamente cuando escuchamos expresiones como "... pero todos lo hacen así...", "... es que la mayoría...", "... de eso nadie se ha muerto...", "... pero fulano y mengano, que son más viejos en esto, lo hicieron y nada pasó...", entre otras similares. 
Este virus, que considero mortal, ataca a la humanidad completa, siendo lo peor del caso que nos está matando el espíritu de búsqueda de la perfección, y pocos hacemos algo para erradicar el mal. Cuando nos reprenden por algo, nos comparamos con la mayoría o con el peor; pensamos que si muchos sufren de lo mismo, o alguien padece de algo peor que yo, ¿cuál es el afán por corregirme? 
Nos auto-destruimos al compararnos con la mayoría o con el peor y eso nos hace enanos mentales. Es tiempo de empezar a erradicar el síndrome y compararnos SIEMPRE con el mejor. 
Salmos 18:32-33
Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino; quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas. 
Autor: David A. Guerrero S.

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