9 de marzo de 2012

Mejoramiento Continúo en el Matrimonio (Segunda Parte)


En la entrega anterior compartíamos algunas sugerencias con relación a la inmediata atención que deberíamos dedicarle a los problemas dentro del matrimonio. 

Hacíamos referencia a la primera variable planteada en la primera entrega de este articulo, titulada: “Arreglar los problemas de manera inmediata”; en esta segunda entrega, nos enfocaremos en la prevención de los problemas, bajo el sub-titulo: “Prevenir el problema antes de que suceda”.  Este es el segundo principio que compartiremos, Con la ayuda de Dios.



Recordemos lo siguiente: corregimos un problema para prevenir que continúe sucediendo. Pero cuando trabajamos en la prevención nos estamos asegurando de prevenir la  potencial ocurrencia del problema. Siguiendo esta segunda idea, nos concentraremos en compartir con usted algunas sugerencias de utilidad para  el mejoramiento continuo en su matrimonio.

Cuando nos referimos prevenir un problema y en especial, en el matrimonio, necesitamos poner una delicada atención a los pequeños sucesos personales, tanto en el hombre como en la mujer, o a cada situación personal de impacto negativo  en la relación matrimonial. 

Estar alerta antes las probabilidades de recurrencia de actitudes que pudieran alterar la normalidad de la relación, es decir, si (A)  es una variable (mi tono de voz, por ejemplo), ¿Cuál es la  probabilidad  de que este suceso altere o esta acción sea un detonante en mi relación de pareja?

Si puedo visualizar el problema, podre poner las acciones  en lugar para prevenirlo, es decir, moderando mi tono de voz podría prevenir un potencial  acontecimiento negativo en mi relación conyugal.

Hoy son muchos los matrimonios que están sufriendo por la falta de prevención en la ocurrencia de situaciones simples, pero con un alto potencial de convertirse en  problemas sin solución para la pareja. Pues desde el noviazgo se vienen dando los indicadores de situaciones. Muchas parejas de novios no están poniendo atención a estos indicadores y al llegar al matrimonio, estos se materializan convirtiéndose en problemas.

La prevención es la acción tomada ante cualquier evento que pudiera alterar la felicidad  buscada en la unión matrimonial. Las actitudes de cada cónyuge, su forma de pensar y actuar.  Como manifiesta sus gustos o disgusto. Como enfrenta los momentos de alegría y de tristeza. Como manifiesta sus emociones y sentimientos. Como se adapta o reaccionan antes las circunstancias de la vida de pareja. De qué forma  aceptan las debilidades o fortalezas individuales acoplándose o haciendo los ajustes necesarios para fortalecer la relación.

Hay bastantes variables con las que se deben luchar para hacer crecer el matrimonio, ser preventivo es tomarse el tiempo para analizar las posibles consecuencias de una acción antes de ser ejecutada, visualizarse en un futuro inmediato, mirar que pasaría si decido hacer o decir algo, de qué forma afectaría a mi pareja esto que voy a decir. ¿Cuánto ayudaría a mi conyugue o a mi unión matrimonial la decisión que estoy a punto de tomar? ¿Hacia dónde me lleva esta o esa actitud? ¿Cuáles ajustes necesitamos hacer como pareja para manejar este potencial problema?

Cuando la pareja aprende a escuchar sus pensamientos, a discutir sus ideas, a comunicar sus inquietudes, a eliminar de sus decisiones a los terceros y sobre todo, a poner en las manos de Dios sus planes, metas y objetivos de vida. Es mucho más fácil  la prevención de los problemas.

Un buen programa de mejoramiento continuo está diseñado sobre las bases de un esquema de prevenciones apropiadas a los cambios, a las presiones del medio y las circunstancias que rodean la vida conyugal de la pareja. No es posible la prevención de los problemas si no se está lo suficientemente sensible a las posibilidades  de ocurrencia de los mismos. Solo aceptando este hecho se puede trabajar para eliminar las posibles amenazas que rodean  al matrimonio.

Si siente que su cuerpo tiene alguna temperatura sobre lo normal, debería visitar al doctor para investigar cuales son las causas por las cuales su cuerpo está reaccionando de esa forma. Si no tiene una causa o raíz a ese problema, jamás podrá buscar la medicina apropiada para solucionarlo.  Cuando estés lo suficientemente informado/a de esas posibles causas, además de poner unas correcciones inmediatas, se espera que trabaje con las prevenciones de lugar, así evitara potencialmente otra alta temperatura corporal por las mismas situaciones descubiertas.

Similar a este hecho, ocurre en la vida matrimonial. Es necesario trabajar con esos factores que rodean  la relación y para hacerlo de una manera sabia, efectiva y preventiva, necesita consultar al inventor del matrimonio, a Dios. Solo Él puede hacer el cambio en sus pensamientos y acciones. Solo Él puede traer paz y  dar seguridad ante esa decisión y acción preventiva que usted está por tomar.

El primer paso es encomendar a Dios su camino (Salmos 37:5), si Dios  está en el primer lugar de sus decisiones, los resultados serán más satisfactorios y habrán más bendiciones para su matrimonio.
En segundo lugar, es necesario ser justo delante de Dios, pues El da la salvación al justo. La biblia dice: Pero la salvación de los justos es de Jehová,  Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia (Salmo 37:39). 

Buscar la fortaleza de Dios permite estar en mejores condiciones ante cualquier amenaza en la relación matrimonial. Tener al Dios Eterno en la vida de cada conyugue impacta de manera positiva en los cambios que por regla natural experimentan todas las relaciones conyugales.  Lo interesante es que Dios siempre está a la disposición de los que le buscan, en especial, de aquel hombre o mujer que lo hace  con un corazón arrepentido y humillado ante su presencia.

Otro paso, es la actitud que se toma frente al cónyuge cuando existe la amenaza de un potencial problema. ¿Cómo se organiza la pareja para prevenir situaciones lamentables sin afectar la relación?

En el plan de Dios para el matrimonio, esto es muy sencillo. Aunque en la mente del hombre o la mujer  resulte complejo y muchas veces difícil de aceptar. Pues esto implica compromiso, humildad y aceptación. Y en ocasiones, arrepentimiento. Sobre todo mucha oración...

Pido a Dios  le motive a pensar en acciones positiva que les permitan prevenir  potenciales problemas en su matrimonio. Quiero dejarle el siguiente consejo Bíblico…

Que el Señor los haga crecer y abundar en amor unos para con otros, y para con todos, como también nosotros lo hacemos para con ustedes;  a fin de que El afirme sus corazones irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos Sus santos.  (1Tesalonicenses 3:12,13)

Autor: Mateo Martínez

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