7 de octubre de 2011

Árbol Frondoso y Columnas Esculpidas

Mi querid@ Amig@
En el libro de los Salmos, en su número 144, el  verso 12, me ha impresionado profundamente. El Salmista dice: “Que nuestros hijos,  en su juventud, crezcan como plantas frondosas;   que sean nuestras hijas como columnas  esculpidas para adornar un palacio”.


Pensar cómo quiere Dios que  nuestros hijos e hijas sean en la juventud, me hace recordar el compromiso que tenemos ante Dios y la sociedad en cuanto al criterio o método de crianza usado para orientar, educar y dirigir a nuestros hijos e hijas. Pensar en su crecimiento como “planta frondosa y columnas escupidas”, no es una tarea para dejarse al azar… es necesario tomarse el tiempo apropiado para evaluar nuestros motivos al iniciar una familia, y en especial, cuando decidimos tener hijos e hijas.

Me pregunto, ¿Cuál es el tiempo empleado para el cultivo de una planta, si realmente queremos sea hermosa, frondosa y de frutos abundantes? Y de igual manera me cuestiono: ¿Cuánto tiempo de paciencia y dedicación dedica un(a) escultor(a) para llevar una piedra rustica, deformada y porosa,  a ser una hermosa columna, al grado de servir de adorno al palacio de un rey?

Es maravilloso saber las oportunidades que tenemos como padre y madre en la crianza de nuestros hijos, en su cuidado, su educación (espiritual, emocional e intelectual), con nuestro ejemplo, en nuestra conducta, en cuanto a lo permisivos que somos porque ellos están en su mayoría de edad. O porque son varones, o porque nos reclaman el supuesto derecho de su mal llamada libertad, la cual es usada más bien como un libertinaje para hacer cuantas cosas le vienen a su mente de falta de experiencias.
Proverbios 4: 1 y 2, recuerdan parte del compromiso de los hijos ante la crianza de sus padres, pero este compromiso solo puede ser objetivo si los padres asumen la postura de instruir correctamente a los hijos e hijas. Dice la Biblia: “Escuchen,  hijos,  la corrección de un Padre;   dispónganse a adquirir inteligencia.  Yo les brindo buenas enseñanzas,  así que no abandonen mi instrucción”.

“No corregir al hijo es no quererlo;   amarlo es disciplinarlo”, (Proverbios 13:24). Algo que está desapareciendo de nuestros hogares, “la corrección” muchos padres entendemos que cuando corregimos al hijo, ya no le amamos… O nuestros hijos entienden que si le corregimos, no le dejamos ir donde quieren, no le permitimos estar en las calles a largas horas de las noches, si le dejamos saber nuestra impresión de las conductas de sus amigos(as), o les damos nuestra observación del joven o la joven que le gusta, simplemente no le queremos o tenemos pensamientos anticuados. Ante esta presión, sedemos, los resultados están a la vista de todos.

Son innumerables los casos de jóvenes que hoy día pierden la vida por nuestra falta de responsabilidad como padres y madres, de igual forma necesitamos preguntarnos, ¿Por qué hay tantos suicidios, abortos, vicios y desmoralización en nuestra sociedad, en especial en nuestros hijos e hijas adolescentes? ¿No son estos indicadores de una sociedad decadente por la acelerada descomposición familiar y mal llamada libertad? ¿Estamos realmente haciendo las bases para tener hijos e hijas, cual árbol frondoso y columnas esculpidas para adornar nuestro palacio, que al fin es nuestra sociedad?

Podemos darnos cuenta que clase de hijos estamos criando, la Biblia dice: “Por sus hechos el niño deja entrever  si su conducta será pura y recta”,  (Proverbios 20:11). Pero no debemos olvidar, estos hechos son  los resultados de lo que hemos sembrado en el corazón de nuestros hijos e hijas. Pues la Biblia nos dice: Instruye al niño en el camino correcto,   y aun en su vejez no lo abandonará”,  (Proverbios22:6).

Salomón deja el siguiente sabio consejo: “Más vale joven pobre pero sabio que rey viejo pero necio, que ya no sabe recibir consejos”, (Eclesiastés 4:13). Imperativo el hecho de que nuestros Jóvenes aprendan a escucharnos, pero aun mas comprometedor es que nosotros podamos dedicar tiempo para darle de nuestras experiencias, los más sabios consejos.

Es necesario aprender del sabio consejo de Dios por medio del Apóstol Pablo cuando dice: Por tanto,  imiten a Dios,  como hijos muy amados, y lleven una vida de amor,  así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios”, (Efesios 5:1,2). Buscar a Dios y sus instrucciones en la crianza e instrucción de nuestros hijos e hijas, es la mejor de todas las opciones. “Y ustedes,  padres,  no hagan enojar a sus hijos,  sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor”, (Efesios 6:4).

Al final, como padres y madres, los resultados esperados de nuestra gestión como dirigentes de familias será vista por los frutos de nuestro trabajo y al igual que el Salmista se puede expresar con gran libertad de conciencia, que es  “Dichoso el hombre (o Mujer) que no sigue el consejo de los malvados,   ni se detiene en la senda de los pecadores  ni cultiva la amistad de los blasfemos,   sino que en la ley del Señor se deleita,   y día y noche medita en ella. Es como el árbol  plantado a la orilla de un río  que,  cuando llega su tiempo,  da fruto  y sus hojas jamás se marchitan.   ¡Todo cuanto hace prospera!”  (Salmos 1: 1-3)

Dios nos permita disfrutar de estas bendiciones…


Autor: Mateo Martinez

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