Ellos nos escuchan! |
Escuche, hace un tiempo el siguiente relato, el cual quiero usar para ilustrar mis comentarios en esta ocasión.
“Una Joven (la cual llamáramos Carmen) le solicito a su padre (El cual llamaremos Pedro) que la dejara ir a una fiesta, este le recordó las posibles consecuencias que podría Carmen tener, pues sus creencias y enseñanzas de los valores cristianos estaban en contradicción con tal actividad.
Carmen explicaba a su padre que ella era madura y entendía lo que podía o no hacer y que el solo hecho de ir a esa fiesta no le cambiarían sus convicciones y mucho menos, sus crecías y valores. Pedro al ver la insistencia de Carmen para ir a la fiesta, le dijo que se pusiera su vestido blanco (un vestido impecable y digno de ocasiones importantes), cuando Carmen se puso el vestido, Pedro le pidió que antes de ir a la fiesta le acompañara a una mina de carbón que está cerca de donde vivían, a lo que Carmen reaccionó de inmediato. Carmen le dijo a su padre que si entraba a la mina su vestido se le ensuciaría. Pedro entonces pregunto a Carmen. ¿Tú no crees que si vas a esa fiesta algo no manchara o ensuciara tu pureza?”
Amig@s, las oportunidades de aprendizaje en este relato son varias, sin embargo, quiero hablarle de nuestras decisiones como padres frente a los pedidos de nuestros hijos e hijas. En especial, ante nuestros adolescentes. Jóvenes que están experimentando múltiples emociones y con elevada motivación a querer probar todas las ofertas que esta sociedad les hace.
Recientemente escuche a una madre decir “Son jóvenes y debemos dejar que quemen su etapa” refiriéndose a sus hijas. Me preguntaba ¿Qué significa “dejar que quemen su etapa”? ¿Cuáles patrones conductuales están quedando en nuestros hijos e hijas, cuando nuestra permisividad no nos permite ser los tutores responsables que deberíamos? ¿Bajo cuales riesgos personales, de valores, de principios, de vicios o mala compañía estamos enfrentando a nuestros hijos e hijas, solo porque debemos dejar que quemen sus etapas?
Puedo narrarle muchas historias, de padres que hoy día sufren junto a sus hijos e hijas, las consecuencias de sus irresponsabilidades, cuando por dar rienda suelta a todos los gustos de estos Jovencitos y Jovencitas, han perdido su autoridad como padres o tutores, más que todo, esos muchachos (as) se encuentran en vicios, enfermedades incurables, con hijos no deseados, presos (físico y espiritual), y otros están muertos…
Cuando nuestros hijos e hijas, vienen con nosotros a buscar un permiso para asistir a un determinado evento o lugar, deberíamos preguntarnos como sus padres o madres: ¿En qué le ayudara a crecer? ¿Cómo esa actividad fortalecerá sus valores y principios cristianos? ¿Cuáles serán los beneficios emocionales? ¿Cómo le ayudara a acercarse a Dios? Esto me hace reflexionar en la conversación de Pedro y Carmen (los personajes de nuestro relato) y en especial, en la pregunta que hace Pedro a su hija.
Me recuerda lo dicho por Salomón en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará”. Y el verso 22 dice: La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige. Para que esto funcione correctamente en la educación de nuestros hijos e hijas, es necesario que como padres estemos dispuestos a pensar con la responsabilidad que Dios ha puesto en nuestras manos.
En proverbios 23: 22 al 25 encontramos una maravillosa promesa. Nos dice: “Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana. Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas! El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él. ¡Que se alegren tu padre y tu madre! ¡Que se regocije la que te dio la vida!”
Podemos hacer de estos consejos algo muy hermoso para nosotros como padres y madres. De igual forma, para el futuro de nuestros hijos e hijas.
Tome hoy la mejor decisión, decida aplicar en la instrucción de sus hijos, las instrucciones de Dios.
Bendiciones.
Autor Mateo Martínez
BENDICIONES HNO. Q BUEN MENSAJE SIN DAÑAR LA SENSIBILIDAD DE LOS HIJOS PARA Q CONPRENDAN PERO A MENUDO ELLOS NO ACEPTAN .CON LA INSTRUCCION DIVINA SE PODRA.GRACIAS
ResponderEliminarGracias Hermano por su comentario, nos sentimos muy agradecidos por su visita a nuestro Blog..
ResponderEliminarBendiciones...