22 de julio de 2011

¿A donde están yendo nuestros hijos?


Ellos nos escuchan!

Escuche,  hace un tiempo  el siguiente relato, el cual quiero usar para ilustrar mis comentarios en esta ocasión.   

“Una Joven (la cual llamáramos Carmen) le solicito a su padre (El cual llamaremos Pedro) que la dejara ir a una fiesta, este le recordó las posibles consecuencias que podría Carmen tener, pues sus creencias y enseñanzas de los valores cristianos estaban en contradicción con tal actividad.


Carmen explicaba a su padre que ella era madura y entendía lo que podía o no hacer y que el solo hecho de ir a esa fiesta no le cambiarían sus convicciones y mucho menos, sus crecías y valores.  Pedro al ver la insistencia de Carmen para ir a la fiesta, le dijo que se pusiera su vestido blanco (un vestido impecable y digno de ocasiones importantes), cuando  Carmen se puso el vestido, Pedro le pidió que antes de ir a la fiesta le acompañara a una mina de carbón que está cerca de donde vivían, a lo que Carmen reaccionó de inmediato.  Carmen le dijo a su padre que si entraba a la mina su vestido se le ensuciaría. Pedro entonces pregunto a Carmen. ¿Tú no crees que si vas a esa fiesta algo no manchara o ensuciara tu pureza?”  

Amig@s, las oportunidades de aprendizaje en este relato son varias, sin embargo, quiero hablarle de nuestras decisiones como padres frente a los pedidos de nuestros hijos e hijas. En especial, ante nuestros adolescentes. Jóvenes que están experimentando  múltiples emociones y con elevada motivación a querer probar todas las ofertas que esta sociedad les hace.

Recientemente escuche a una madre decir “Son jóvenes y debemos dejar que quemen su etapa” refiriéndose a sus hijas. Me preguntaba ¿Qué significa “dejar que quemen su etapa”? ¿Cuáles patrones conductuales están quedando en nuestros hijos e hijas, cuando nuestra permisividad no nos permite ser los tutores responsables que deberíamos? ¿Bajo cuales riesgos personales, de valores, de principios, de vicios o mala compañía estamos enfrentando a nuestros hijos e hijas, solo porque debemos dejar que quemen sus etapas?

Puedo narrarle muchas historias, de padres que hoy día sufren junto a sus hijos e hijas, las consecuencias de sus irresponsabilidades, cuando por dar rienda suelta a todos los gustos de estos Jovencitos y Jovencitas, han perdido su autoridad como padres o tutores, más que todo, esos muchachos (as) se encuentran en vicios, enfermedades incurables, con hijos no deseados, presos (físico y espiritual), y otros están muertos…

Cuando nuestros hijos e hijas, vienen con nosotros a buscar un permiso para asistir a un determinado evento o lugar, deberíamos preguntarnos como sus padres o madres: ¿En qué le ayudara a crecer? ¿Cómo esa actividad fortalecerá sus valores y principios cristianos? ¿Cuáles serán los beneficios emocionales? ¿Cómo le ayudara  a  acercarse a Dios? Esto me hace reflexionar en la conversación de Pedro y Carmen (los personajes de nuestro relato) y en especial, en la pregunta que hace Pedro a su hija.

Me recuerda lo dicho por Salomón en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en el camino correcto,   y aun en su vejez no lo abandonará”. Y el verso 22 dice: La necedad es parte del corazón juvenil,   pero la vara de la disciplina la corrige. Para que esto funcione correctamente en la educación de nuestros hijos e hijas, es necesario que como padres estemos dispuestos a pensar con la responsabilidad  que Dios ha puesto en nuestras manos.

En proverbios 23: 22 al 25 encontramos una maravillosa promesa. Nos dice: “Escucha a tu padre,  que te engendró,   y no desprecies a tu madre cuando sea anciana.   Adquiere la verdad y la sabiduría,   la disciplina y el discernimiento,   ¡y no los vendas!   El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él.  ¡Que se alegren tu padre y tu madre!  ¡Que se regocije la que te dio la vida!”

Podemos hacer de estos consejos algo muy hermoso para nosotros como padres y madres. De igual forma, para el futuro de nuestros hijos e hijas.

Tome hoy la mejor decisión, decida aplicar en la instrucción de sus hijos, las instrucciones de Dios.

Bendiciones.

Autor  Mateo Martínez

2 comentarios:

  1. BENDICIONES HNO. Q BUEN MENSAJE SIN DAÑAR LA SENSIBILIDAD DE LOS HIJOS PARA Q CONPRENDAN PERO A MENUDO ELLOS NO ACEPTAN .CON LA INSTRUCCION DIVINA SE PODRA.GRACIAS

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  2. Gracias Hermano por su comentario, nos sentimos muy agradecidos por su visita a nuestro Blog..

    Bendiciones...

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