15 de abril de 2011

El matrimonio “Algo en que pensar” (Parte 2)


Hay otras situaciones, algunas veces no tomadas  en consideración en el noviazgo y que hoy están atacando a muchos matrimonios. Me refiero (aunque en la entrega pasada hable de esto) a esos momentos de conflictos que llegan a todas parejas en su relación de noviazgo.


Esas crisis ocasionadas por intereses particulares o de índole culturales. Esas actitudes aprendidas por años en nuestros hogares paternos, y que muchas veces no son comprendidas por algún miembro en la pareja. Crean dificultades, malos entendimientos, disfuncionalidad en la comunicación y como consecuencia falta de comprensión y soluciones apropiada a la crisis.

Es el momento cuando la pareja comienza a tomar decisiones, algunas parejas buscan como solucionar el conflicto, buscan ayuda, se dejan aconsejar y trabajan para solucionar el problema. Esas parejas muestran interés por su relación, se aman, y no quieren perder su amor por las circunstancias. Trabajan para beneficio de su relación y buscan fortalecerse, ven la oportunidad en medio de una crisis y la aprovechan. Esos son los matrimonios que hoy día se mantienen, aunque pasan por diversas situaciones, siguen intentado salvar su relación, se aman y nada es más importante que ese amor.

Otros, toman el camino más cerca para salir de la situación, en tal proceso, no se valora  el compromiso individual, no se toma en consideración los sentimientos individuales, y por consiguiente, jamás se mide o da importancia al amor que se expresaban el uno al otro (si es que alguna vez se lo expresaron), pues hay relaciones de novios, en las cuales, solo uno de los dos le expresa al otro que lo ama o que la ama. Es una relación disfuncional en cuanto a expresarse lo que sienten el uno por el otro, si es que algo sienten con sinceridad o es una relación de pasar tiempos juntos.

La primera decisión que toman es darse un tiempo, separarse sin terminar la relación. Situación que se ve muy a menudo en muchas parejas de novios.
Fíjate bien mi amig@, cuando esto ocurre, es mejor que definitivamente terminen la relación, pues ya está presente un indicativo de que uno de los dos no está siendo sincero con el otro en cuanto al amor que decían tenerse.  Pues cuando hay amor, se lucha.

Otra situación dada es que uno de los dos  iniciara otra relación, dejando plantado o plantada al otro. Y esto ocurrirá o se protagonizará en la persona que no amaba con sinceridad. Le da lo mismo esperar como iniciar otra relación. No valora los sentimientos de su antigua pareja y creando más decepción, rencor, odio y apatía con la persona de esa antigua relación. Se pierde toda  esperanza de reconciliación y entendimiento. Por lo general, esa persona seguirá este siglo de amoríos con otras personas y se adaptará a dejar la relación por cualquier situación que entienda no puede solucionar enfrentándola como debe ser.

Si una pareja llega al matrimonio con esta situación (dándose un tiempo cuando hay problemas), así lo harán cuando lleguen los conflictos. Por consiguiente, será un matrimonio sin una base sólida para soportar los embastes que a toda relación matrimonial llegarán.

Otra situación de atención en el noviazgo lo constituyen los valores, tanto los personales, como los de la pareja. Retomando a nuestro ejemplo de construcción (tratado en el primer artículo de esta serie), son parte de una buena zapata en nuestra edificación del matrimonio, “los valores son imprescindibles para alcanzar el éxito matrimonial”.

Cuando construyes tu relación de pareja sobre la base de valores y principios sólidos, estarás no solo asegurando permanencia en el matrimonio, además estarás haciendo la zapata para la educación de los hijos. Cultivando una relación personal con Dios logrará cultivar una relación con valores cristianos, con una dependencia del cielo, bajo la dirección del Espíritu Santo. Dios quiere este tipo de compromiso con El, quiere ser parte activa de tu vida en pareja, tanto en el noviazgo, así como en el matrimonio.

Cuando la pareja se aleja de Dios, cuando en su relación no están tomando en consideración  la ayuda de Dios, cuando quieren hacer las cosas por sus propias fuerzas, cuando quieren solucionar sus problemas solos. Están desperdiciando la oportunidad de recocer el primer valor en sus vidas “Dios está sobre todas las cosas” a Él solo adorarás, a Él solo servirás, El se merece la Gloria y Honra por la eternidad. Están olvidados darle la prioridad a Dios.

Considerando este primer valor como el número uno de nuestra relación con Dios y con nuestros seres queridos, dediquemos un tiempo a otros, considerando algunos detalles importantes que pueden cultivarse desde el noviazgo.
Hablemos de la “Honestidad”  imprescindible para que funcione una relación de novios y por consiguiente, una relación matrimonial. La honestidad constituye una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con sinceridad, respetando los valores de la justicia y la verdad.

En este sentido, cada  individuo en  la pareja, evitará la crítica, la murmuración, las exageraciones, la mentira, dicho de otra forma, dejará de “buscar la 5ta pata al Gato”, ayudándose el uno al otro, sin incluir a terceros en sus comentarios o acciones.
Cuando el novio o la novia empiezan a criticar la actuación, la forma de ser, la manera como él o ella reaccionan a una determinada situación, es el momento de preguntarse si están siendo sinceros en sus tratos personales y sobre todo, en sus interacciones personales. 

Pregúntate ¿Quiero construir una relación duradera con mi pareja bajo la crítica? ¿En que nos está ayudando este comportamiento? ¿Qué tenemos que hacer diferente para corregir esta actitud o la que me está llevando a criticar a mi pareja?

Cuando caen en las murmuraciones, generalmente hay personas incluidas en esas escenas que nada tienen en común con la pareja. Estas personas solo fortalecerán esta mala actitud. Pregúntese ¿Merece mi pareja que yo la o lo esté murmurando? ¿Qué debo hacer para ser honesto con ella o con él y señalarles estas oportunidades de ajustes que estoy notando y que están afectando nuestra relación? ¿Por qué estoy murmurando a mi pareja con mis padres, con mis amigos o con esta persona?

Así mismo las exageraciones son signo de poca honestidad en la relación de pareja. Es necesario ser justos, ser sinceros, y hablar la verdad en todo tiempo, en especial, el uno para con el otro.
Caer en la mentira para justificar una acción, no te garantiza que está actuando con honestidad. Siempre estar buscando la quinta pata del gato (como decimos en nuestro país) no es ser honesto. Más bien estas disfrazando las cosas y no estas dando lugar al desarrollo o motivación de este valor en tu relación.

Es de recordarte que si no eres honesto contigo mismo, no lo será con los demás. Debes presentarte ante tu pareja con sinceridad, hablar la verdad en todo caso, no exagerar de ti o de quiénes son tus familias o amigos, nunca murmurar de otras personas, tratar siempre de agradar a Dios en todo lo que esté pensando y  haciendo, esta es su voluntad.

La Biblia deja unos consejos de excelente exquisitez, “Dejen de murmurar --replicó Jesús--.” (Juan 6:43). Esto no solo se aplica a una condición, se aplica a todas las relaciones. En Colosenses 3:12,13 nos recuerda “Por lo tanto,  como escogidos de Dios,  santos y amados,  vístanse de afecto entrañable y de bondad,  humildad,  amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro.  Así como el Señor los perdonó,  perdonen también ustedes”.

Estas son palabras de amor, de honestidad, palabras de sinceridad y de fácil aplicación en una sana relación de novios, matrimonial, familiar y personal.
Solo es necesario dejar a Dios entrar en tu relación, dale el primer lugar, no te arrepentirás.

Otro valor a considerar es el “respecto”, este inicia en cada individuo, se hace necesario que cada uno en la relación sienta respecto por sí mismo y luego por su pareja.
La palabra respecto significa atención o consideración. Siguiendo esta línea de pensamiento, te puedo asegurar que cuando existe consideración en la relación de pareja, los resultados son diferentes. Es más fácil trabajar con los pequeños detalles, con los conflictos o posibles problemas que de seguro llegan en el noviazgo, en el matrimonio, con los hijos e incluso, con los familiares y amigos.

Sin embargo, no puede sentirse hacia los demás si no estás listo o lista para aplicarlo en tu propia vida, practicarlo en lo personal, hacerlo parte de tu personalidad, de tu diario vivir. Recuerda, nadie puede dar lo que no tiene. Para dar respecto, tienes que sentir respecto por ti. Este valor te permite sensibilizarte con los sentimientos de tu pareja, a valorar sus ideas, pensamientos y tomarle en consideración en tus decisiones, pensado en que ya no eres tú, más bien son ustedes o dicho de otra forma, “nosotros”.

Cuando en la relación se piensa como “nosotros” sencillamente el yo, mi, me… ya no son parte de tu forma de actuar. Ahora prevalecen nuestras ideas, no mis ideas, nuestras opiniones, no mi opinión. Ahora nos gusta hacer esto o aquello, no está la idea de los gustos personales sin considerar los de tu pareja. Por otro lado, esto no nos da la libertad de ser desconsiderados en cuanto al espacio de nuestra pareja. 

Hay cosas que siguen siendo personales y como parte de nuestra consideración esta el compromiso de no interferir en ese espacio. Un ejemplo de lo anteriormente dicho, lo es la relación que tú en lo personal tienes con tus padres, esto no es negociable. Deben ponerse de acuerdo para manejar este tiempo, pues cada uno de ustedes necesita seguir su relación personal con sus respectivos padres.

Esto es solo un ejemplo. Podríamos mencionar otros tantos como: Tu relación con Dios, con tu familia, con tu centro académico, con la iglesia, etc.… Si no existe el respeto en la relación ¿Cómo podrían ponerse de acuerdo en estos puntos tan vitales? ¿Cómo podrían manejar sus compromisos personales? Llegar al matrimonio sin tener una completa visión de este valor podría poner en peligro a largo plazo esa unión. 

La Biblia dice en (1 Pedro 2:15-17) Porque ésta es la voluntad de Dios: que,  practicando el bien,  hagan callar la ignorancia de los insensatos.
Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad,  sino que viven como siervos de Dios.
Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos,  teman a Dios,  respeten al rey. Dios no nos da ninguna oportunidad de hacer las cosas conforme a nuestra voluntad, en todo caso debemos actuar de acuerdo a su voluntad, esto nos permitirá alcázar el éxito, tanto en el noviazgo, como en el matrimonio.

De tantos valores que podría mencionarte, me gustaría hablarte brevemente de uno muy importante, me refiero al “amor”. Podríamos escribir varias páginas o dedicar mucho tiempo a la investigación de  todo lo escrito sobre este tema. Creo en lo que Dios nos ha dado por medio del Espíritu Santo. Entiendo que Dios no quiso complicarte la vida, quiso mas bien simplificar sus enseñanzas para que fueran mejor entendidas. Y si tu relación esta conducida por lo dicho en 1 Corintios 13, seguramente estás aprendiendo, por amor, a sacar lo mejor de ti y  de tu pareja. Podríamos detallar cada expresión del  Apóstol, pero sería injusto no permitirte disfrutar de esas enseñanzas.

El versículo 13 de este capítulo concluye con unas ideas maravillosas del amor y nos dice: Ahora,  pues,  permanecen estas tres virtudes: la fe,  la esperanza y el amor.  Pero la más excelente de ellas es el amor.

Pido a Dios te dé un noviazgo basado en valores y principios que te preparen para un matrimonio de éxito…

Muchas bendiciones del Creador para tu vida….

Autor: Mateo Martinez

Hasta una próxima entrega….

Si tienes alguna pregunta, por favor diríjala a:

1 comentario:

  1. Dios bendiga este medio de anunciar el reyno de Dios y tambien que estos temas tan Interesante sea de Edificacion y aprendisaje. me gusta. muy Interesante

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