En estos días mientras compartía con mis amigos de
Facebook la meditación del día, y mientras estaba revisando sus comentarios me
impresionaron dos de ellos, pero uno llamo más mi atención.
La publicación fue hecha el día lunes 18 de agosto de
2014, y el mensaje era una reflexión para los esposos en cuanto al trato a sus
esposas, recuerdo que entre otras cosas les escribía que a la mujer, los
esposos deben darle el puesto que le corresponde y que esto implicaba que
desarrolláramos tres principios básicos, a) tratarla con ternura, b) con
cortesía y c) demostrar interés por ella.
Una de mis amigas en su comentario escribió,…lo mejor, son frágiles… Esto llamo mi atención, pues he escuchado en
varias ocasiones esta expresión, incluso la he podido escuchar como defensa
personal o argumentos para exponer por qué una mujer no puede hacer X actividad
y lo peor es que usan la Biblia para querer comprobar esta tesis.
Ese mismo día busque mi Biblia y me dispuse a buscar 1
Pedro 3:7, pues quería dar una respuesta al comentario de mi amiga en Facebook y
a muchos otros que me honran visitando mi página en este red social.
Hoy quiero compartir con usted también estas
aclaraciones, pues creo que serán de muchas bendiciones para su relación
matrimonial y podrán contribuir a un verdadero acercamiento entre usted y su
pareja.
La Biblia dice en 1 Pedro 3:7 nos dice,
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a
la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida,
para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
Si observamos bien, en este texto no dice que la mujer
es un vaso frágil, más bien está diciendo lo contrario. (Se explicara este
punto mas adelante)
Veamos algunos detalles importantes en 1 Pedro 3:1-6;
El Apóstol Pedro, bajo la inspiración del espíritu,
está describiendo una series de deberes conyugales que tanto el esposo como
esposa necesitamos poner atención en nuestras relaciones diarias y en nuestra
relación individual con Dios.
1- Instruye
a la mujer creyente a sujetarse a su marido en conducta para que por esta forma
de vida en Cristo puedan ganar a sus maridos para servir a nuestro Señor
Jesucristo, v1
2- Les
da dos elementos importantes a ser observado por la mujer, deben ser casta y
respetuosas, v2.
3- Les
instruye para que se vistan con moderación y les dice que tal decisión podía
ser posible si su inspiración para ataviarse nacía del interior, de un corazón…en el incorruptible ornato de
un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios, vs 4 y
5.
4- Les
da ejemplos de otras mujeres que lograron ser de gran estima ante la presencia de
sus esposos y ganaron respeto y admiración de ellos, v 6.
Entendiendo como inicia nuestro hermano Pedro estos
consejos y mandamientos divinos, podemos entender con mayor claridad lo que nos
enseña en el versículo 7 de este capítulo 1 de su primera carta.
Luego que habla a la esposa, le dice al esposo que
también tienen deberes y que están concentrado en amar a sus esposas, pero
¿cómo haríamos esto?, simple, siguiendo una regla sencilla de tres pasos y
recordando la consecuencia de violar una de esas reglas.
Recordamos que el versículo 7 inicia con las palabras “Vosotros, Maridos, Igualmente”, o sea,
además de saber lo anterior, si sus esposas no son creyentes, explicado a
ellas, ustedes tienen que observar estas tres sencillas reglas, y saber las
consecuencias si la violan. Veamos.
1- Vivan con ellas con sabiduría.
2- Dando honor a la mujer como a vaso más frágil.
3- Y sabiendo que ellas son coherederas de la gracia de
la vida.
Observando
estas tres reglas, sus oraciones no tendrán estorbo.
Así de simple.
En cuanto a Vaso frágil, 1 Pedro 3:7 dice que los
maridos debemos darle honor (cuidarla en nuestro trato) como a vaso más Frágil
(como cuidamos el cristal más fino) no que la mujer sea un vaso frágil.
Partiendo de esto debo decirte que nuestro Creador (como en toda su creación)
puso en la mujer, fortaleza, destreza, capacidad, y muchas virtudes más,
dándonos el privilegio como esposos de poder ver en ellas estos atributos a
través de su Elegancia, Belleza y Ternura de un ser creado para embellecer la
corona de la creación de Dios, no solo
con su presencia, sino también con hechos y legado.
¿Cómo manejamos el cristal más frágil? ¿Qué tanto cuidado le ponemos? ¿Qué tanta atención le damos? ¿Dónde
lo guardamos? ¿Cómo lo protegemos? ¿Cuándo lo requerimos para algo?,
¿Cómo lo colocamos, en qué lugar y en que ocasiones lo presentamos? ¿Cómo son colocados? ¿Con que le damos
mantenimiento o lo limpiamos para que siempre, al correr los años sigan
hermosos?
Vemos algunas respuestas a estas preguntas y evalúelos
porque Pedro nos anima como esposos a tratar como a vasos frágiles a nuestras
esposas.
¿Cómo
manejamos el cristal más frágil?
Esta es una pregunta importante, porque precisamente
aquí es donde el Apóstol Pedro hace
énfasis, el cuidado que debemos tener con nuestras esposas al momento de
manejar situaciones en el día a día. ¿Cómo le mostramos que la seguimos amando
aun en estas situaciones que estamos manejando? Entiendo que el mismo texto nos
dice que hacer, y nos manda a actuar con sabiduría. ¿Qué sabiduría? No creo que
sea la nuestra, no nuestra manera machista de imponernos o imponerles cosas a
nuestras esposas porque somos los hombres. Sino aquella sabiduría que nos lleva
a portarnos varonilmente, como siervo de Dios, a quien tenemos que darle cuenta
del cómo y el porque nos manejamos de X forma ante una situación determinada
con nuestras esposas.
Mientras estemos peregrinando en esta tierra, tendremos
aflicciones, tanto de mi persona, como en el interior de nuestro matrimonio.
Como enfrentemos estas aflicciones dependerán los resultados en la vida
personal y familiar. Usted podría salir más victorioso (no se partieron los
cristales) o con la oportunidad de
reponerse (porque en el proceso se hicieron grietas a sus cristales) para
salvar la relación con su cónyuge. Y todo está en cómo nos manejamos antes los nuevos desafíos que
llegan al matrimonio cada día.
¿Qué tanto
cuidado le ponemos?
Al mover los vasos, debería asegurarse de que no estén
en contacto físico uno del otro o con otros objetos que puedan provocar
resquebrajadura al cristal.
En este sentido, tratar los problemas por separados
uno del otro podría ayudar a prevenir exabrupto en la relación. Ellas tienen
también sus problemas, ellas necesitan también desahogarse o comunicarlos, y
como esposos es nuestra responsabilidad escucharlas aunque también tengamos los
nuestros, es importante darle a cada uno la oportunidad de exponer sus
inquietudes sin que esto resulte en un mayor problema para la relación y luego sea inmejorable o solucionado
debidamente dentro de la relación matrimonial.
La paciencia de escuchar y ponerse en el lugar del
otro es un buen principio de sabiduría a practicar por ambos conyugues. No
permitir que se junten dos o más problemas, buscar soluciones es el desafío del
esposo en la relación. Es cómo él va a prevenir que se agriete el vaso, ella
debe siempre lucir completa y hermosa, puesto que el trato de su esposo ha sido
con delicadeza. De igual forma él tiene que tener las fuerzas para dar tal
trato porque ella respeta y valora lo que él está haciendo para que ella sea
feliz.
¿Dónde se tratan los conflictos?, ¿cuándo se hacen las
aclaraciones?, ¿en qué tiempo se hacen, en que espacio?, ¿con quienes están
cuando están hablando de esa situación determinada?, ¿se gritan al
comunicarse?, ¿están los niños con ustedes?, ¿están en lugar correcto al
discutir soluciones?, ¿está un tercero involucrado (suegra, suegro, familia,
amigos, etc.? Todo esto debe ser
evaluado ante de buscar una solución a lo que les esté preocupando en su
matrimonio. Cuando Dios nos habla, siempre toma en consideración estas
variables, aprendamos de Él.
El cuidado básicamente está en el tacto para tratar
las oportunidades que emerjan en la relación, teniendo cuidado de que el amor
por la esposa este siempre predominando
en cualquier circunstancia, no importa cuál sea. El amor del esposo es
comparado con el amor de Jesucristo por la Iglesia, él la amo de tal manera que
se entregó hasta la muerte en la cruz para salvarla. El esposo debe vivir de
tal manera con su esposa. Es lo que nos dice la Biblia a los maridos, Efesios
5:25-27.
¿Qué tanta
atención le damos?
Como esposo, no solo sea un oyente o un actor en el
papel cuando la oportunidad se presenta. Haga algo más. Ponga atención al vaso.
Muchas veces los esposos estamos tan distraídos que no
vemos ni escuchamos las necesidades de nuestras esposas. He ahí donde comienzan
las grietas en la relación. Cuando vamos a Dios en oración, Él se interesa por
los detalles de nuestras preocupaciones. Trata con nosotros desde lo más
profundo de nuestro ser. ¿Sabe porque? Porque le interesa lo que sentimos.
Como esposo debe interesarse en saber cómo se siente
su esposa con la atención que usted le está dando a los consejos que ella le
da, a las opiniones que ella tiene de usted, de sus acciones, de sus metas,
planes para la familia, para el matrimonio, etc. Ella es parte suya, son una
sola carne, a ella le preocupa su bienestar y eso la hace ser su ayuda idónea,
por lo que se espera de usted como un buen esposo, que sea sabio también en
este aspecto, poniendo la debida atención como a un vaso frágil.
¿Dónde lo
guardamos?
La Biblia dice en Isaias 33:6 que Dios es nuestro
tesoro, y Mateo 12:35 dice que el hombre bueno saca del tesoro de su corazón
todo lo bueno. Pregunta, ¿Tiene usted guardada a su esposa dentro de su corazón
donde Dios también debería estar?
Es donde ella debe ser guardada para ser protegida de
los malos, pues sus deseo hacia ella son todos sanos, buenos, delicados, con
amor, porque salen de su corazón donde esta Dios.
La está guardando en un lugar seguro, como a un vaso
frágil para la gloria de Dios.
¿Cómo protegemos ese vaso?
No solo es la protección física la que usted necesita
brindar a su esposa. Hoy día hay muchas esposas físicamente bien protegidas por
sus esposos, visualmente, no les falta nada pero emocionalmente, están en las
calle.
¿Cómo está la protección emocional de su esposa?
¿Qué tanto valor le da usted a lo que ella piensa? Lo
que piensa sobre usted, de sus acciones, de sus depresiones por sus
inconformidades como hombre u esposo con lo que Dios le ha dado. Ella tiene
como esposa una visión de usted. Visión que le alimenta sus emociones de manera
positiva o negativamente. Esto la hace sentir protegida o desprotegida, unos de
estos sentimientos traerá fragilidad o fortaleza a la relación.
Trabaje para que proteja a su esposa como debería
proteger a un vaso frágil. Así como Dios
se preocupa por nuestra protección espiritual, a tal punto de dar su propio
hijo para que podamos ser salvos.
Usted debe proteger a su esposa con el mismo amor y
cuidado con que protege su propio cuerpo, Efesios 5:28-30.
Cuando lo
requerimos ese vaso para algo, ¿Cómo lo colocamos, en qué lugar y en que
ocasiones lo presentamos?
No se trata de usar a nuestras esposas como objetos,
se trata de que ellas tengan en nuestras vidas el lugar que les corresponde, el
que Dios le otorgo como nuestra compañera.
Sentirnos orgullosos de la mujer que tenemos como
esposa es parte de la sabiduría divina para nuestra felicidad como esposo. La
tratamos a ella como un vaso frágil, cuando le hacemos sentir lo maravilloso y
bondadoso que ha sido nuestro Dios al unirnos como marido y mujer, para ser una
sola carne.
Esto implica que no debería darle vergüenza de salir y
gritarle al mundo, si fuese necesario, lo feliz que le hace sentir la mujer que
usted tiene a la par, con la que a usted le gustaría estar en el cielo si así
el creador del universo se lo permitiera.
Es la esposa que usted presenta a sus amistades con
orgullo, es la esposa que usted les presenta a sus hijos con satisfacción, ella
en usted ha puesto su confianza para que como ayuda idónea le permita alcanzar
la vida eterna con Cristo en el cielo. Que maravilloso es saber en qué lugar
esta su esposa. Es la mujer descrita en Proverbios 31. Así lo siente usted, así
lo expresa dentro de su corazón.
¿Cómo son
colocados esos vasos? ¿Con que le damos mantenimiento o lo limpiamos para que
siempre, al correr de los años sigan hermosos?
¿En qué lugar de su vida se encuentra su esposa? ¿Cuál
es el mantenimiento que le está dando a su relación para que siempre se
mantenga romántica, joven y fresca?
Veamos de nuevo a Efesios 5: 29.
Dice la Biblia que el esposo debe sustentar y cuidar a
su esposa como Cristo sustenta y cuida la Iglesia. De esa forma debe ser
tratada la esposa, con ese cuidado, desde adentro hacia afuera.
Hay un mantenimiento el cual se puede dar con las
palabras, palabras expresadas con amor y agradecimiento, esto puede ser posible
cuando como esposo nos sentimos agradecidos de la esposa que nos acompaña en
nuestra vida.
Dar gracias a Dios por ella, por días, los años y el
tiempo en general que estamos juntos, por los resultados de esa unión, por los
hijos, y si aún no los tienen, gracias a Dios y a ella por todo.
Expresarle como usted se siente por los detalles que
ella tiene hacia su persona, como se preocupa porque usted salga a las calles
limpio, perfumado y bien planchadito, como le prepara sus alimentos, el lugar
donde usted duerme, la forma en cómo se interesa por su vida y por las de sus
hijos, todo esto debe inspirar gratitud de su persona hacia ella y usted debe
ser capaz de expresárselas, esto es mantenimiento en el interior de su esposa en sus sentimientos, es
donde se eleva la moral y la autoestima de una mujer amada y tratada como un
vaso frágil.
Por igual debe usted saber, que este trato se hace
reciproco, pues, si así es su trato para con ella, se esperaría que el de ella sea igual de
agradecida con usted. Cuando sembramos gratitud, valoración, admiración,
respecto y amor hacia los demás, no podemos esperar cosechar otros frutos que
no sean los que sembramos en la vida de nuestro conyugue.
Usted como esposo tienes muchas responsabilidades, El
Apóstol Pedro nos dice que con estas tres sencillas reglas podemos lograr el
objetivo de ser los esposos que Dios espera que seamos para su gloria y honra,
en nuestras vidas de convivencia matrimonial.
1. Vivan con ellas con sabiduría.
2. Dando honor a la mujer como a vaso más frágil.
3. Y sabiendo que ellas son coherederas de la gracia de
la vida.
Sabiendo que su esposa no es débil, no es frágil, ella
piensa, tienes sentimientos, aspiraciones, metas, planes e ideas que la hacen
un ser pensante con un razonamiento divino, pues ella es imagen de su creador y
coheredera de la gracia divina al igual que usted, en el cielo. Pero usted debe
darle honor como a vaso más frágil.
Al final también el Espíritu Santo nos recuerda lo
siguiente:
Finalmente,
sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por
maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados
para que heredaseis bendición. 1 Pedro 3:8,9.
Muchas bendiciones en su relación matrimonial y el
trato con su esposa.
Autor: Mateo Martinez.