Al hablar de la consagración familiar, necesitamos
tratar este asunto desde el punto de vista de Dios.
Por igual, es necesario observar la relación que tiene
cada miembro de la familia con Dios.
La familia se consagra a Dios, cuando cada miembro de
manera particular busca estar consagrado.
Este es un llamado individual, un compromiso y una responsabilidad personal.
Es el resultado de una eficiente relación con Dios por
medio de Jesucristo.
Este resultado se reflejara en la familia, por
consiguiente en la Iglesia, con beneficios visibles en la sociedad.
Dios nos llama a una vida de santidad y consagración. A
una vida de entrega, negándonos a nosotros mismo, tomando nuestra cruz para
seguir a Cristo.
La consagración individual.
No podemos dar como pareja lo que como individuo no tenemos.
- ¿Quién soy ante la presencia de Dios?
- ¿Qué tanto me preocupo por mi crecimiento espiritual?
- ¿Cómo esta mi relación con Dios por medio de su hijo Jesucristo?
- ¿Quién dirige mi vida?
Efesios 1: 3-6
nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.
b) Por igual, es claro reconocer, que al consagrarnos a Dios, necesitamos
hacer ajustes en nuestras vidas.
Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias;
ni presentéis los miembros de vuestro
cuerpo al pecado como instrumentos de
iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los
muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.
c) Dios entonces nos dice:
«Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto» (Génesis. 17:1).
Un hombre o mujer que va a ser completamente santificado(a) al
servicio del Maestro, debe primero comprender todo el poder, la suficiencia y
la gloria de Dios.
El Dios a quien servimos lo llena todo, tiene
todo el poder y todas las riquezas.
Si
pensamos de él limitadamente, nuestra confianza será poca, y nuestra
obediencia, mínima; pero si tenemos una gran concepción de la gloria de Dios,
aprenderemos a confiar completamente en él, recibiremos más abundantemente sus
misericordias, y seremos impulsados a servirle más consistentemente.
El papel de los Padres en la consagración de la Familia.
Aunque la consagración es un compromiso personal. No menos cierto es nuestra
responsabilidad como padres y el papel desempeñado en la educación espiritual de
nuestros hijos y el ejemplo mostrado con relación a nuestra obediencia a Dios.
De nuestra santidad, ¿Qué están imitando nuestros hijos? ¿Cómo estamos
transmitiendo a nuestros hijos esos valores y principios espirituales?
Que nos dice la biblia a nosotros los padres:
Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y
para cumplirla, y para enseñar en Israel
sus estatutos y decretos.
Necesitamos saber que como padres nuestra responsabilidad es ser
maestros de nuestros hijos, enseñarles los mandamientos de Dios.
Pero antes de hacer esta tarea, necesitamos prepararnos. He aquí cuatro principios que necesitamos aplicar en nuestra vida de padres y maestros.
Ore: Preparando su corazón.
Como padre y maestro necesitamos un corazón preparado.
Busquemos ser una vasija limpia (confesando todo pecado a Dios) de esta forma Dios nos puede llenar y usar.
¿Soy una vasija limpia que Dios puede usar?
b) Inquirir en la ley de
Dios.
Encuentre el mensaje que Dios quiere podamos trasmitir a nuestros hijos.
Aplique: personalmente, ¿Estoy haciendo lo que Dios me dice que hagas?
No esperemos que nuestros hijos hagan lo que nosotros no estamos dispuestos a hacer o ser.
¿Estoy haciendo lo que Dios me muestra por medio de sus palabras?
d) Ý enseñarla.
Comparta con
sus hijos lo que Dios les da.
Dios espera
que seamos diligentes para hacer lo que nos manda. (Esdras 7:23).Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos.
Cuando la familia es consagrada a Dios.
Dios desea que podamos ser testigo de su poder, su
misericordia y su gracia.
Es razonable pensar, entonces, como debe la familia
cristiana dejarse moldear por Dios.Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden.
Entendemos de estas palabras lo interesante resultados
de una vida en las manos de Dios.
Es necesario permanecer en Cristo.Esta permanencia en Cristo nos garantiza una relación permanente con El.
b) Otro compromiso de nuestra Consagración Familiar esta en Mateo 5:13 y 14, Sal y Luz de la
tierra.
Sal en el hogar, en
la sociedad, en la Iglesia.
b.2 De igual forma, somos la luz del mundo.
Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén (en el hogar), en toda Judea (con los vecinos), en Samaria (con los que están más lejos) y hasta lo último de la tierra (donde quiera que valláramos).
Colosenses 3:12-15 dice.
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.