19 de febrero de 2011

Desarrollo y crecimiento

Autor: David A. Guerrero S.
Desde pequeño siempre me gustó leer mucho, y uno de los libros que más me gustaba leer, fuera de la Biblia, era una enciclopedia, que aún tiene mi padre en su biblioteca personal, llamada “El Nuevo Tesoro de la Juventud”; desde cultura general hasta idiomas, es realmente un tesoro. Una de las tantas cosas que aprendí de la enciclopedia, es el efecto que tiene el comportamiento de las personas sobre el desarrollo y futuro de las distintas culturas o regiones del mundo, entre ellos, la organización y la puntualidad. 
En relación, aprendí la importancia que tiene el ser organizado y puntual en todo, a tal punto que una de las cosas que más me molestan, tanto a nivel personal como profesional, es la impuntualidad. Desde que empecé a trabajar en funciones y áreas de gestión y planificación, siempre anoto varias cosas en mi agenda cada vez que soy invitado, o invito, a una reunión: las personas invitadas, el día, la hora pautada y real de inicio, el propósito de la reunión, la hora pautada y real de finalización.  Como llevo un record real, en los 12 años de labor corporativa, el 96% de las reuniones en las que he participado nunca han empezado y terminado a su hora, y casi el 70% de las veces alguno de los invitados faltó por alguna razón. 
Una estadística similar me gustaría obtener de Dios. Si eres miembro de alguna iglesia, ¿cuántas veces al año llegas puntual a los servicios, y cuántas veces miras el reloj veinte veces cuando se acerca la “hora de salida”? ¿Cuál es la estadística de promesas a Dios cumplidas versus las incumplidas?  Ahora, cambiemos el personaje, ¿te imaginas a Dios retrasando la hora de salida del sol, o retrasando el movimiento de rotación o traslación de la tierra? ¿Te imaginas a Dios “tomando vacaciones” de nosotros, como nosotros la tomamos de Él? 
En lo personal, profesional o espiritual, la organización y puntualidad definitivamente influyen sobre el desarrollo y crecimiento del individuo. 
Eclesiastés 5:4
Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. 

11 de febrero de 2011

Tiempos Difíciles…

Mi qued@  amig@.

Cada oportunidad en la vida puede tener un calificativo para ti o para mí. Lo que resulte  exitoso para ti, necesariamente no lo seria  para mí. Así sucede con los tiempos, puedes este día significar un tiempo excelente para ti, o puede ser un mal tiempo. Todo dependerá de lo que estas esperado, de cuál sea tu expectativa para hoy.

Pero cuando hablo de tiempos difíciles, hablo de muchos días, o quizás años de muchas preocupaciones y situaciones, las cuales afectan nuestra cotidianidad. 

En lo económico, vivimos tiempos difíciles, todo está por las nubes, los ingresos promedios no son necesarios o no  alcanzan  para cubrir la canasta familiar. No alcanza para cubrir las necesidades básicas y atender las situaciones de enfermedad, vestidos, techo, educación, recreación y algunos ahorros, por así  decirlo.
Tratando de  buscar el sustento de cada día se invierte gran parte de la existencia laboral de una persona. Cada día se debe  hacer algún ajuste al mal tiempo económico que viven muchas familias hoy día. Y esto no es suficiente.  La situación sigue su curso o su gravedad.

Esto está afectando a millones de personas en este planeta. La misma distribución de las riquezas, es un detonante de todos los pueblos en cada nación. Si hablamos de liderazgo, entonces si tenemos un plato incomodo de digerir en frente nuestro.  Existen tantas personas promocionándose como líderes, ofreciendo soluciones a los problemas, y cada día nos siguen complicando la existencia. 

Pues solo confiar en ellos se convierte en una situación difícil de manejar a corto plazo. Son líderes con intereses personales, cuya vía o mecanismos de satisfacción, puede ser tú o puedo ser yo.  Solo contribuyen a ser más difícil la existencia de quienes confían en ellos.
La realidad es que estamos ante una gran crisis de liderazgo, de un liderazgo autentico, respetuoso, sincero, humildes, enfocado en los demás y no en sí mismo. Un liderazgo que real y efectivamente ayude a mejorar estos tiempos. Un liderazgo con espíritu de misericordia, amor, paz, de ejemplo en sus acciones, con principios morales, con una visión en los valores espirituales que Dios ha establecido para el hombre, en buena voluntad de servicios.

Si miramos nuestra sociedad, pues, solo esta  evolucionado en retroceso, la descomposición social y  la pérdida de los valores esta a la orden del día, el desmoronamiento de la  familia, considerada  el  núcleo de la  sociedad, está en un proceso de destrucción acelerado. Las noticias en los medios de comunicación dan cuenta cada día de las tremendas tragedias familiares. Son horrorosos los casos que involucran a padres, madres, hijos e hijas. Son  bochornosas  y animal, las relaciones de muchos miembros de familias. Padres viviendo maritalmente con sus hijas, madres con sus hijos. Hermanos en convivencias sexuales con sus hermanas…, maltrato, violencias, crímenes, entre tantas situaciones más que están atacando a las familias.

En las calles vemos el drama humano, producto de estos tiempos y sobre todo  de la concupiscencia de los seres humanos.  Hay  dos opciones  en la vida, o escoge  lo bueno para salvación o lo mano para perdición. Al parecer,  no se está tomando la decisión correcta o no se sabe  cuál es la que más conviene a largo o a corto plazo. Tanto en la convivencia con los demás,  mientras  se está  en este cuerpo, como para la vida en la eternidad, después de la muerte.  Nos toca ahora escoger, no mañana. Hoy es el momento de hacer los cambios necesarios si queremos hacer de estos tiempos, tiempos mejores.

Al parecer lo que somos está condicionado por el medio.  Como esponja, absolvemos todo el contenido de nuestra sociedad, damos y recibimos. Al parecer no estamos filtrando muy bien en nuestro colador de conciencia moral, en el colador de los verdaderos valores, lo que estamos recibiendo y por igual, estamos haciendo lo propio con lo que estamos aportando a nuestra sociedad.

Luego nos quejamos de los tiempos, y decimos, son tiempos malos. No deberíamos preguntarnos ¿Qué aporte positivo realice en beneficio de estos tiempos? ¿Cuáles valores estoy cultivando en el seno de mi familia, que será de ayuda a la sociedad? ¿Qué calidad de esposo, padre, esposa, madre, hijo, hija, hermano, hermana, ciudadano y ciudadana soy?  Me estoy quejando de estos tiempos ¿Qué estoy haciendo hoy distinto al día de ayer?

En cuanto a nuestro planeta donde vivimos, ya nos encargamos de iniciar seriamente su destrucción. El efecto de esta situación ocasionada por nosotros  los seres humanos lo están sufriendo nuestras naciones. La contaminación en todos los sentidos conocido  al momento, es el primer aporte negativo a nuestro planeta. La tierra está luchando una batalla que no ganara, esta batalla está cobrando miles de vidas cada día, otras vidas son potenciales infectadas, como consecuencia nuestra  malas acciones  y falta de sentido común.

Así está la vida de muchos seres humanos, contaminada, destruida y en ruina. Hoy, Dios quiere darte un una nueva oportunidad. En primer lugar es necesario reconocer el punto donde te encuentras. Allí donde este, Dios quiere transformar tu vida, en una vida victoriosa. Una vida que valla de triunfo en triunfo, de victoria en victoria.  Para Dios no hay tiempos difíciles, solo Él puede hacer de ti una persona nueva, con un nuevo enfoque, con una nueva perspectiva de la vida y de las cosas. Y como dijera el Sabio Salomón en el libro de  Eclesiastés, podrá saber que existe tiempo para todo. Hoy es el tiempo de vivir para Dios.

Cuando Cristo esta en  tu vida, tu relación con Dios es  distinta, tu relación con tu esposa, con tu esposo, con tus hijos e hijas es diferente. Porque Dios transforma tu vida y la de las personas que te rodean.  Dios puede hacer ajustes en estos tiempos.

La Biblia dice en Génesis 6:12; Y miró Dios la tierra,  y vio que estaba corrompida,  porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.  Esto es lo que hoy día existe en este mundo, la corrupción ha afectado la humanidad, al igual que en los tiempos de Noé. Y  en  Génesis 6:11 dice; La tierra se corrompió delante de Dios,  y estaba la tierra llena de violencia. No es secreto para nadie como la violencia afecta la humanidad. Al hablar, en nuestros actos, así como en todos los medios de comunicación,  se observa la violencia como denominador común de la raza humana. Son tiempos difíciles los que hoy vivimos.

Se han perdido los valores que mantenían unida a la Familia, y a las personas y aseguraban las buenas relaciones interpersonales. La Biblia lo declara de la siguiente forma: Salva,  Jehová, porque se acabaron los piadosos,  porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.  Habla mentira cada cual con su prójimo;  adulan con los labios, pero con doblez de corazón, Jehová destruirá todos los labios aduladores,   y la lengua que habla con jactancia; (Salmo 12:1-3). ¿Le suena conocido? Es muy probable que usted haya tenido una experiencia en la cual estas actitudes estuvieron de manifiesto.   Puede haber algunos de esto síntomas en algún miembro de familia, algún amigo o amiga altamente estimado por usted.

Si algo así está ocurriendo en la vida de personas conocidas o amadas por usted, es importante recordarle que Dios destruirá los labios aduladores y la lengua que habla con jactancia. Recuérdele que los cambios de estos tiempos  inician con usted, no con otro, con usted de manera individual. No podemos cambiar el entorno donde estamos, si no cambiamos nosotros.

Y hablando de cambio, Dios quiere hacer cambios en tu vida, el quiere poner en ti, en tu corazón, una forma distinta de ver estos tiempos. Una manera para vivir en estos tiempos. Puedes hablar de que son tiempos difíciles, quejarte por esa situación que afecta tu vida, tu relación conyugal, tu relación con tus hijos e hijas, incluso, tu relación con Dios. Pero el hecho de quejarte no te ayudara a tener solución o hacer los ajustes necesarios a las circunstancias que afecta tu vida.

La biblia dice: Por tanto,  nosotros también,  teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia,  y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,  puestos los ojos en Jesús,  el autor y consumador de la fe,  el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,  menospreciando el oprobio,  y se sentó a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:1 y 2)

Despojarnos de esas actitudes que nos asedian,  de esa forma de vida en la que nos encontramos,  darles ejemplos a las personas con las que estoy en contacto diariamente, de que estoy haciendo ajuste en mi vida para cambiar mis actitudes y mirar tiempos de bonanzas, tanto en la tierra,   como los que me espera en los cielos.  Hebreos 12: 12-14 nos estimula  con las siguientes palabras: Por eso,  levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas,  y haced sendas derechas para vuestros pies,  para que lo cojo no se salga del camino,  sino que sea sanado.  Seguid la paz con todos  y la santidad,  sin la cual nadie verá al Señor.

Necesitamos luchar por hacer cambios mientras vivimos. Luchar para mantener el matrimonio, para convivir e instruir a nuestros hijos e hijas, ser servidores de Dios con una fuerte relación con El por medio de su Hijo Jesucristo. Manteniendo la esperanza de vivir en el cielo por los siglos de los siglos.

Recuerde, te esperan tiempos mejores, pero es necesario iniciar por usted haciendo los ajustes necesarios, con la ayuda de Dios.

Te recuerdo, no está solo en este esfuerzo de cambios, Dios está contigo por medio de su hijo Jesucristo y su Espíritu Santo.  Filipenses 4: 13 dice; Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
  
Autor: Mateo Martinez

Cualquiera que sea tu excusa


Recientemente escuchaba en la radio un corte publicitario de una empresa, promocionando sus mercancías a propósito de la celebración del llamado “mes del amor y la amistad”.  El anuncio señalaba algunas razones por las cuales celebrar o regalar, y al final se oía: “Cualquiera que sea tu excusa, ven a [negocio], y adquiere el regalo para tu ser querido….”. 
Es increíble cómo a través de los años, cada celebración, cada práctica idolátrica, cada abominación a Dios, fue “suavizándose” hasta convertirse en algo “normal” o una “tradición” aceptada popularmente. Para no hacerte la historia completa, en cuanto a la próxima conocida celebración en este fin de semana, me referiré muy brevemente a “Cupido”.  De ser el dios del deseo y el amor erótico al que se rendía culto, al igual que sus “padres”, Venus y Marte, así como otros tantos dioses existentes a los cuales se les rendía culto, pasó a ser un personaje “romántico, del amor y la amistad”, inocente y querido. Esto sucede también con muchos otros que hoy son parte de celebraciones y tradiciones “inocentes”. 
Al igual que otras tantas celebraciones, prácticas y creencias idolátricas, que tras su práctica y aceptación general, hoy se “comercializan” y son consideradas parte de la tradición, inclusive aceptadas por muchas iglesias de hoy, te recomiendo que tengas mucho cuidado con “cualquiera que sea tu excusa” para seguir una determinada celebración, para que no caigas bajo la siguiente advertencia directa de Dios: 
!!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; […] Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo […] (Isaías 5:20,24)
 Autor: David A. Guerrero S.

5 de febrero de 2011

Es “P”, no “Q”




Podría atreverme a asegurar que tú en tu país, al igual que yo en el mío, en algún momento has llegado a disentir tanto con quienes te gobiernan, que quisieras agarrarles la cabeza y decirles “¿Es que no entiendes que estás mal?” para hacerlos entrar en razón respecto a algunas medidas y decisiones que suelen tomar.  Es más, si manejas ciertos números estadísticos y económicos, es probable que digas: “¡Pero esos números no tienen lógica!” 
Pensando en ciertas limitaciones que tenemos los ciudadanos respecto a ciertas medidas “oficiales”, analizaba la posición respecto a nosotros y el libre albedrío.  Cuando los gobernantes dicen “Es X”, y nosotros decimos “Es Y”, se da una situación engorrosa entre lo que nosotros entendemos es necesario hacer y lo que ellos hacen. Similar sucede con Dios cuando nos dice “Es P”, y nosotros decimos “No, es Q”, muchas veces Él busca la manera de hacernos entrar en razón, y me lo imagino agarrándonos la cabeza y diciéndonos “¿Es que no entiendes que estás mal?”, pero el libre albedrío que nos dio le impide obligarnos y observa cómo caemos.  
La diferencia entre la relación pueblo-gobernantes y Dios-humanidad, es que Dios siempre sabe lo que es mejor para nosotros. El problema con nosotros es que no llegamos a entender que si Dios dice “Es P” es porque sabe algo que nosotros no sabemos. Llegamos a tener mayores bendiciones, y hasta mucha más vida física y espiritual, cuando llegamos a tener el mínimo nivel de sabiduría de escuchar, entender y obedecer cuando Él nos dice: “Es P”. 
Santiago 3:17
La sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 
Autor: David A. Guerrero S.